El día de hoy EL TÚNEL DEL TIEMPO se engalana para recordar a un gran futbolista de la época de los sesentas, que no conoció otro equipo de fútbol que no fuera Necaxa, que quiso y quiere esos colores y que junto a Don Francisco Majewski Madrak formo una central de ensueño que imponía respeto a los rivales. Me refiero, ni mas ni menos, que al gran Carlos Albert, quien actualmente se dedica al periodismo deportivo y es destacado comentarista de la cadena ESPN Deportes.
Fue seleccionado nacional y el primer futbolista profesional mexicano que al ver la manera en que era tratado el futbolista en México decidió formar un Sindicato de Jugadores, situación que le genero muchos conflictos y que terminaron con el retiro de las canchas de fútbol de Carlos.
Hasta la fecha, Carlos Albert es un luchador incansable que a través de los medios en que se desempeña sigue luchando por la dignificacion del futbolista, para que haya cambios de fondo en la Federación Mexicana de Fútbol y para que las televisoras saquen las manos del Fútbol Nacional.
Reproduzco una entrevista realizada a Carlos Albert por El Universal Del Valle, ojala que la disfruten.
Carlos Albert y el fútbol en la Del Valle
El controvertido comentarista deportivo forma parte de la generación de egresados del CUM que lograron llegar al fútbol profesional y a la selección nacional
A diferencia de otros futbolistas, Carlos Albert sólo jugó en un equipo durante 10 años: Necaxa; sólo portó su camiseta, amó a esta escuadra y sólo se identificó con esos colores. Hoy, es uno de los comentaristas deportivos más controvertidos en México y fue parte de la "camada" de futbolistas que dio el Centro Universitario México (CUM). "Fueron los días más felices de mi juventud, porque era una escuela con extraordinarios profesores, con unas instalaciones envidiables, con gran apoyo al deporte y en el que nacieron muchísimas de las grandes amistades de mi vida. Fue una época extraordinaria", dijo Albert en entrevista para delvallede10.ccom.mx
¿Cómo eran los torneos de fútbol en el CUM?
"Eran los típicos partidos llaneros de aficionados, donde no se escatima ningún esfuerzo, se reafirma la voluntad, el carácter, el espíritu personal. Juegos amistosos en los que la falta de tácticas y formaciones se suplía con facultades personales, cuando uno es joven uno tiene vitalidad."
¿Cómo lo lograron?
"Eran juegos duros y parejos, tuve la suerte de llegar al CUM junto con una serie de jugadores de gran calidad, finalmente gracias a que tuvimos la dirección y apoyo de la escuela, lo logramos. Nuestros padres, las familias nos sacaban del CUM para competir con otros equipos para foguearnos."
¿Qué nombres sobresalen?
"José Luis González ‘La calaca', Pepe y Martín, Luis Regueiro, Orta, los hermanos Palacios, Francisco Valdéz, ‘Tato' Linares; en esa época coincidimos siete u ocho".
¡Fuerza rayos! ¡Fuerza rayos!
Siendo un amateur le llegó la oportunidad de enlistarse en el Necaxa, el cual nació en 1923 de los equipos de Luz y Fuerza y Tranvías; así dejaba atrás su época "llanera", se relacionaba con gente de más edad, extranjeros y adquirió nuevas responsabilidades. Dice que jamás imaginó ser seleccionado nacional ni campeón panamericano en Winnipeg, Canadá, en 1967.
En este cambio radical, ¿cómo logró mantenerse?
"Venía de una preparatoria particular, era un joven de 16 años y medio, cambió mi percepción de la vida. Me tuve que acostumbrar de estar jugando cascaritas a estar bajo una normatividad con exigencias, con personas que me sacaban años de experiencia; eso fue importante, porque si no lo hubiera aprendido, me hubieran marginado del fútbol profesional."
¿Qué significa para usted Necaxa?
"Fueron 10 años maravillosos; afortunadamente sólo siento, me identifico y amo a un equipo. Tengo recuerdos extraordinarios de esa convivencia con tantos amigos y compañeros, tantas risas, tantos sufrimientos, fracasos, viajes, sudor, bromas."
Más allá de lo deportivo, Albert dice que su época junto a los rayos significó un reto y que los rojiblancos se convirtieron en su familia, pues pasaba el mayor tiempo concentrado.
Hoy el rayo se apagó, resultado de la polémica multipropiedad que la misma FIFA no acepta, pero que se debe al descuido de sus dueños.
Organizó un sindicato de futbolistas, cuéntenos esta hazaña.
"Lo hice porque siempre quise dignificar la profesión, me di cuenta de la manera en que tratan los directivos al futbolista en México y eso no me parecía, pues siempre pensé que el hombre debe ser tratado con dignidad, haga lo que haga, y en el fútbol tratan al futbolista como esclavo.
"En algún momento los directivos quisieron tener ese trato conmigo y apoyado en la Ley Federal del Trabajo, demandé al Necaxa por cuestiones laborales y gané; varios futbolista me pidieron apoyo, al ver que éramos tantos decidimos hacer el sindicato".
"Por eso amo profunda e intensamente el fútbol"
En 1978 inició en el periodismo deportivo; lo hizo en Imevisión (hoy TVAzteca); es criticado por sus comentarios y calificado como explosivo, pero ha sido narrador de Mundiales y Juegos Olímpicos.
¿Cómo le nació la inquietud del periodismo deportivo?
"Amo profunda e intensamente el fútbol, por eso soy como soy, por eso quise ser periodista, para decirle a la gente cuáles habían sido mis vivencias, por eso defiendo sus raíces. Me preocupa su futuro, por eso me la rife como futbolista y me la sigo rifando como periodista."
Ha sido criticado por sus comentarios y temperamento, sin embargo sigue en los principales medios deportivos, ¿cómo lo logró?
"Si me he podido mantener es porque soy autentico, tengo credibilidadcredibilidad. En mi trayectoria he logrado ejercer un periodismo crítico".
Hace un par de años, le cuestionaron sobre sus duros comentarios y usted dijo que se acostumbrarían a escuchar la verdad como pasa en otros países, ¿qué sucedió?
"No, lamentablemente no los aceptan y cada vez son más delicados, se han encerrado en sus influencias, en su poder, en ese monopolio, no sólo político sino también deportivo. Ahora dicen que la prensa los presiona mucho, eso habla del poco profesionalismo que tienen los deportistas, son menos auto críticos".
Pese a todo, Carlos Albert sigue mostrando esa alegría que se le veía en la cancha, dignificando desde el periodismo una profesión que le dio mucho.
FUENTE: eluniversaldelvalle.mx
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